Dicen que la esperanza es lo último
que se pierde y eso es una verdad clave, ninguna persona está derrotada si aún
tiene consigo esperanza, quizá la esperanza en algunos casos alargue el
sufrimiento, pero sin duda alguna esta es necesaria para poder conocer lo mejor
de nosotros, porque es gracias a la esperanza que muchas veces tenemos el
coraje para hacerle frente a las más grandes adversidades.
La esperanza alarga el
sufrimiento, pero las mejores cosas de la vida cuestan más, se debe sufrir para
tener las dichas más grandes, así que pensar que no vale la pena tener
esperanza por que trae consigo sufrimiento es un pensamiento de cobardes, quien
lucha debe estar dispuesto a sufrir y a dominar dicho sufrimiento, puede que
sufra muchas veces pero lo cierto es que será un alma inquebrantable.
Tener la esperanza perdida es lo
peor que puede pasarnos, si esto ocurre terminaremos infelices como borregos
que van al matadero y no tienen como huir, el que no tiene esperanza pierde
consigo las ganas de vivir y todo oportunidad alguna de hacer algo interesante
con su vida.
La esperanza no se debe perder
nunca, quizá algunas veces con ella perdamos batallas pero también otras veces
con ella podemos cambiar las situaciones más adversas, quien pierde una batalla
con esperanza siempre aprende de ella y se hace mejor persona, quien gana con
esperanza puede saber el valor verdadero de esa victoria, pero una victoria sin
esperanza es una victoria vacía carente de emoción alguna y quien es derrotado
sin esperanza perdio la batalla desde antes de comenzarla.
Conservemos la esperanza, es lo único
que le da sentido a la vida en este mundo lleno de adversidades.
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