Falsas Amistades algo igual a Sanguijuelas

Si algo puede ser mas peligroso que los enemigos eso es las falsas amistades, estas de verdad si que son unas peligrosas sanguijuelas, no solo porque poco a poco se van aprovechando de nosotros sino que también por desgracia muchas veces no nos damos cuenta de esto, los enemigos sabemos que son peligros y por ende los mantenemos alejados pero con las falsas amistades necesitamos mas sabiduría y experiencia para poder hacer lo mismo.

Ya casi todas las personas hemos tenido la desagradable etapa de nuestras vidas en las que conocemos a una persona falsa que solo aparenta amistad para aprovecharse de nosotros, pero esto es necesario tenemos que vivir esta etapa para aprender a conocer como se comportan estas personas, como mantenerlas alejas y sobretodo como no ser como ellas (pues la doble-moral de las falsas amistades en cualquier momento quedara descubierta).

Si bien es cierto que aun las personas mas listas cometen el error de confiar en falsas amistades, hay una gran verdad y esta es que algunas veces las personas no aprenden de sus errores, y por consiguiente les vuelven a pasar y siempre sera así hasta que no aprendan, aprender esta lección de la vida sobre las falsas amistades es de las cosas que mas se necesitan para aprender a ser nosotros mismos ¿porque? pues porque después de que aprendemos el dolor que puede causar la traición de una falsa amistad nos volvemos mas auto-dependientes y a la vez aprendemos algo también igual de importante: Que quien nos aprecia nos aprecia por lo que somos, no por aparentar ser algo, para ser amigo de una falsa amistad generalmente hay que aparentar o negar ser quienes somos realmente.

Siempre sera mejor estar  solo que mal acompañado, quien nos valora realmente lo hace aun sabiendo lo malo de nosotros, una amistad no solo nos busca en los buenos momentos o cuando necesita un favor, lo hace en las buenas y en las malas, una buena amistad no habla mal de otras personas sin razón o prueba alguna, una buena amistad no necesita alardear ni tratar de hacerse ver como alguien interesante para agradar.