La vida en muchas circunstancias
nos cruza con otras personas, algunas pueden llegar a construir amistad con
nosotros, con otras sencillamente no hay deseo de socializar y por lo contrario
nace apatía, y en otras ocasiones se termina una amistad debido a que esa amistad termina causándonos más dolor
que placer.
La vida podrá cruzarnos con
bastantes personas pero lo cierto es que ninguna persona es responsable de lo
llegamos a experimentar con ella, sobre todo cuando después de tener empatía
con la misma poco a poco se va perdiendo aquellas cosas buenas y solo queda
dolor, pues nadie nos causa dolor si nosotros no se lo permitimos.
Sufrimos bastante por relaciones
fallidas de toda clase, culpamos a las demás personas de dichos fracasos, pero
no vemos si fuimos nosotros los que cometimos errores, no vemos que si las
cosas no funcionaron eso no es el fin y que debemos continuar con nuestras
vidas en lugar de lamentarnos, no vemos que entre más pensemos en quienes nos
hicieron daño más sufriremos.
Nadie es culpable de lo que nos
sucede, si alguien nos hace daño es porque nosotros se lo permitimos, los únicos
culpables de nuestros sufrimientos somos nosotros mismos, debemos aprender que
si nuestras relaciones con otras personas fracasaron o es porque necesitamos
mejorar algunos aspectos personales o porque esa persona no era la indicada
para nosotros, pero sobretodo debemos comprender que la vida sigue y no
quedarnos lamentando lo que paso y lo que pudo haber sucedido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario