Todas las personas somos
diferentes los unos de los otros, incluso las personas con las que tenemos más
cosas en común tienen cosas diferentes con nosotros, esto está bien pues esa
riqueza crea un diversidad cultural que le da sentido al mundo, incluso si para
nosotros mucho de aquello que hace diferentes a otras personas está mal.
Hay que reconocer el hecho de que
ninguna persona es perfecta, lo que para nosotros es ideal para otros puede ser
imperfección, no podemos esperar conocer personas que todo lo que compone su
personalidad sea perfecto para nosotros, debemos tener esto claro para así
poder comprender a nuestras amistades, socios, familiares y toda persona que se
relaciona con nosotros, si no lo comprendemos jamás estaremos conformes con
nadie (ni siquiera con nosotros mismos).
Hay que aceptar las razones de
los demás para ser diferentes, no se puede tener aversión por causa de que las
costumbres de alguien difieran a las nuestras, usted no tiene que aprobar lo
que otra persona haga, pero no debe aborrecer a esa persona por hacerlo.
Viva y deje vivir, procure aceptarse
a sí mismo y aprovechar aquello que lo hace diferente a usted en lugar de
juzgar a otros, nadie es dios para juzgar la actitud de otra persona si no le
gusta lo que hace otra persona usted no lo haga y desde que esa persona no
viole sus derechos deje a esa persona en paz.
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