Si bien es cierto que la mayoría
de miedos que tenemos están en nuestra mente y que aquello a lo que tememos
probablemente jamás se haga realidad, también es cierto que una simple afirmación
como "Es solamente su imaginación, no se preocupe, no hay nada que
temer" nos pueden dar un alivio momentáneo pero en realidad no curan
nuestro miedo.
No podemos negar que el miedo
existe para curar nuestros temores, seamos francos por más que nos tratemos de
convencer de que el miedo es psicológico y por lo tanto no hay nada que temer,
esto no destruirá nuestros miedos, el miedo necesita ser tratado para que deje
de existir en nosotros.
Es fácil saber que nuestros
miedos en su mayoría son psicológicos, pero saber eso es solo el principio para
curar nuestros miedos, pues la cura a nuestros miedos está en una cosa y eso
es: Tener Confianza, como algunos deben suponer cuando se teme por ejemplo a
nadar lo más seguro es que no le tenemos nada de confianza a nuestra habilidad
de envolvernos en una alberca, piscina o en el mar, por consiguiente si
queremos vencer el miedo a nadar debemos adquirir y desarrollar confianza en
nuestras habilidades de natación.
¿Cómo adquirimos y desarrollamos
confianza? Simplemente empezando a tomar acción sobre lo que nos da temor,
porque el miedo se alimenta de la indecisión y del aplazamiento, más la acción
logra dominar el miedo y transfórmalo en confianza, el miedo es ignorancia y la
ignorancia es falta de acción, pues la acción brinda experiencia y
conocimiento, los cuales nos demuestran que no hay nada que temer.
La acción cura el miedo, de ahí
que si hay miedo por algo en lugar de pensar en lo que pueda salir mal es mejor
buscar cómo prevenir esa posibilidad, determine a que le teme y emprenda una acción,
para toda clase de miedo hay una acción para hacerle frente, si vacila y es
indeciso sobre un miedo el miedo aumentara, tome acción prontamente, deje la
pereza a un lado porque "así como la pereza es madre de la pobreza, también
es la tía del miedo".
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