Las normas tienen la finalidad de
mantener un orden en la sociedad, se supone que ante la ausencia de ellas solo
hay caos, pero lo cierto es que lo que mantiene en orden la sociedad no son las
normas sino el conocimiento, un pueblo culto no necesita de normas pues las
personas por puro sentido común sabrán que es correcto y que no.
Las normas han ayudado a darle
cierto orden a nuestra sociedad eso no podemos negarlo, pero también en muchos
casos las normas no son más que obstáculos para el progreso, el tiempo hace que
ciertas cosas vayan perdiendo utilidad, hay normas tan absurdas que lo
irracional no es violarlas sino obedecerlas, como somos seres de costumbres es
muy raro que se renueve o cancele una norma, preferimos mantenerlas así ya sean
inútiles a mirar cómo mejorarlas o prescindir de ellas.
Las normas pueden estancar a una
persona cuando esta se dedica a obedecerlas incondicionalmente, se debe apelar
a la razón y al sentido común, nuestro sistema educativo esta errado porque nos
enseña a obedecer pero no a pensar, está bien obedecer con tal de mantener
cierto orden y cierta seguridad, pero se debe saber pensar, pues debemos
comprender cuando una norma que se supone que debemos obedecer tiene una buena
finalidad o no.
El Progreso personal y social no
puede estancarse por una norma, tengamos esto presente porque necesitamos ir más
allá de los limites, saber hacer lo correcto, vencer los miedos de las mayorías,
gozar a plenitud de nuestro potencial, las normas no son necesarias para las
personas que saben gobernarse a sí mismas.
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