Quizás algunas veces cuando nace una
idea al principio esta podrá parecer frágil, vulnerable o ser llamada locura,
pero si nos decimos a confiar en esta idea y a fortalecerla esta será casi
invencible, pues cuando las ideas crecen adquieren un poder que dará todos los
frutos por los cuales se apostaron por
esta idea, y para que estas crezcan quien las tubo debe esforzarse bastante.
Siempre se nos ocurrirán grandes
ideas sin importar nuestra situación pues la naturaleza nos bendijo para ello,
y si ponemos fe, amor y voluntad en ellas podemos lograr cosas inimaginables
porque una idea es como una pequeña y débil semilla que si protegemos y criamos
se formara hasta lograr un gran árbol que de grandes frutos.
Que una idea nuestra logre prosperar
o no es solo cuestión nuestra, pues si renunciamos a esa idea o perdemos la fe
en ella es obvio que no florecerá; pero si perseveramos, la cuidamos con amor,
la cultivamos, podrá esa idea formarse al punto que deseamos, por ende no
importa si nuestra idea suena descabellada o no, si ponemos lo mejor de
nosotros para que esta se dé lo lograremos sin duda alguna.
No debemos subestimar nunca ninguna
idea que se nos ocurra, pues por más estúpida que suene, todas las ideas que se
nos ocurren siempre tienen algo que enseñarnos que nos pone a reflexionar o son
oportunidades para que emprendamos grandes proyectos que deseamos en lo más
profundo de nuestro ser.
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