Mirar y oír puede ser muchas veces
más fácil que hablar, pues lo que miramos y escuchamos es lo que el mundo o la
sociedad nos muestra mientras lo que hablamos es lo que le mostramos al mundo,
estos tres dones que se le han dado el
ser humano son muy importantes, todos se complementan entre si y siempre será
necesario perfeccionaros lo mejor posible.
Aunque estos dones se complementa
mutuamente, hay algo que todos debemos aprender para un óptimo manejo de estos,
y es que primero debemos mirar y oír bien antes de hablar, pues si hablamos sin
haber oído o visto bien casi todas las veces que hagamos esto estaremos
propensos a equivocarnos, y muchas veces estas equivocaciones pueden salirnos
muy caras.
Cuando aprendemos a oír y ver bien
antes de hablar desarrollamos más inteligencia que si hiciéramos lo contrario,
pues con esto analizamos bien las cosas antes de dar a conocer nuestro punto de
vista de ellas, además también aprendemos a saber hablar en el momento indicado
pues no todos son correctos para esto.
Cuando aprendamos a oír y ver bien
antes de hablar nosotros mismos nos daremos cuenta de por qué es mejor así que
de forma contraria, si todos los
miembros de la sociedad hicieran esto muchos conflictos jamás hubieran ocurrido
ni ocurrirían; siempre debemos ver y oír detalladamente antes de hablar sin
afectar las circunstancias, esto siempre mejorara nuestra vida en todo aspecto.
Ver y oír o escuchar atentamente antes de hablar nosotros es no sólo una máxima de vida a observar sino también un ejercicio a practicar más importante o tanto como hacer actividad física para no esclerosarse. Ver y oír antes de hablar hará que la interacción con nuestros semejantes funcione adecuadamente, coincido en un todo con esa recomendación
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