En el mundo de hoy se fácilmente como miles de personas
tratan de huir de sus problemas a través del licor u otros vicios, estas
personas quizás en un principio se distraigan de sus problemas con esto, pero
luego tarde o temprano ninguna distracción podrá darles tiempo para aplazar su
enfrentamiento con sus problemas.
Nada será jamás una distracción tan fuerte como para salvarnos
de asumir nuestras responsabilidades, estas debemos enfrentarlas sin temor
alguno, con tenacidad y persistencia.
Si miles de aquellas personas que insisten en no enfrentar
sus problemas, tuvieran la persistencia que tienen para reunir recursos para
comprar su licor y demás distracciones, para enfrentar sus problemas, los podrían
resolver de forma eficaz.
El problema de una gran parte de las masas, no es la
pobreza, no es su falta de recursos, el problema de estas masas es que no
luchan por una vida mejor, que esperan que una tercera persona o un estado les
de todo regalado, que solo trabajan por conseguir con que pasársela en tabernas
y que culpan de todas sus desgracias a todo el mundo menos a ellos mismos.
El licor y demás distracciones no son malos, lo malo es la
falta de responsabilidad, de moderación, de carácter, de disciplina; Cuando una
persona adquiere una distracción como celebración por haber superado una meta,
lo disfruta mucho más que aquella que trata de usarla como un escape a sus
males.
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