Cuando
nos dejamos invadir por sentimientos negativos como el odio o la envía, y
concentramos todas nuestras energías en ello, desarrollamos en nuestra vida un
rencor tan profundo por estos sentimientos negativos que no disfrutamos vivir al tiempo que nos hacemos una amenaza para nuestra sociedad.
No
debemos concentrar nuestra mente en sentimientos negativos, debemos cada día
olvidad y perdonar errores, cuando nos quedamos con los resentimientos nuestra
vida entera se arruina porque no podremos disfrutar de nada en la vida si nuestros rencores nos manejan, esto sucede no solo en el área personal, también puede
suceder en la social, un pueblo entero puede sentir sentimientos negativos por
otros.
Nuestros sentimientos negativos son los que
crean el peligro de que terminemos destruyéndonos a nosotros como personas o sociedad y a nuestro
planeta, la clave para que subsistamos en prosperidad es sembrar sentimientos
de amor, compañerismo, respeto, tolerancia, humildad entre otros; no solo es
necesario aumentar estos valores hacia los otros seres humanos, también es
necesario hacia nuestro medio ambiente.
Nuestro
medio ambiente sea estado destruyendo por culpa nuestra, porque solo pensábamos
en satisfacer nuestras necesidades humanas con nuestro medio ambiente, sin
importarnos lo que a este le pasara, ahora es responsabilidad nuestra corregir
y mitigar los efectos causados por este error, para ello necesitamos hacer del poder y conocimiento que poseemos herramientas para un bien común en lugar de tratar de destruirnos o destruir con ellos.
Ningún poder causa daños en la sociedad ni esclaviza a quien lo posee cuando hay sabiduría y humildad, entender esto es vital para se haga del poder fuente para un bien común y satisfacción personal en lugar de daños y perjuicios, el peligro de ser corrompido por el poder no es solo para nuestra comunidad es mas que todo para nosotros mismos porque el poder guiado por la avaricia es lo que mas esclaviza a personas.
Que mediocridad, recalcar lo que uno ya sabe, no es capaz de sustentar lo dicho de forma filosofar o por hechos psicológicos, ya sea con filosofos nacionalsocialistas como Heidegger, o Erich Fromm, que estudió este comportamiento de forma psicologica
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