Todos los seres humanos somos propensos a equivocarnos, muchas veces por falta de experiencia, algunas otras por no estudiar bien determinada situación, pero sobretodo un aspecto que nos hace propensos a equivocarnos es sencillamente no saber cual es el momento indicado para sentir o pensar.
Las emociones y los pensamientos son las que moldean nuestra forma de actuar, todo lo que hacemos o no hacemos es el resultado de un momento en el que sentimos o pensamos alguna cosa, en base a esto esta claro que muchos de nuestros errores radican en nuestros sentimientos y pensamientos.
Muchas veces nos dejamos guiar mucho de nuestros sentimientos y no pensamos bien las cosas, cuando hacemos esto casi siempre como resultado tenemos una equivocación segura puesto que sin una planificación o al menos sin estudiar aquello que emocione nuestros sentimientos estamos quedando en muchos riesgos, de igual forma pasa cuando pensamos mucho y poco sentimos, se supone que razonar es lo ideal pero en muchos aspectos de la vida sino se siente nada no puede haber algo con sentido o propósito.
Todo es cuestión de equilibrio saber sentir pero al tiempo saber pensar todo, no solo eso darle el tiempo indicado a cada cosa, no podemos pensar en un momento en el que se necesita sentir como por ejemplo en pleno acto sexual y no podemos sentir en un momento en el que se necesita pensar, como por ejemplo al momento de sentir impulsos por comprar cosas innecesarias.
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