jueves, 9 de noviembre de 2017

El Don de la Adversidad

Siempre nos andamos quejando de la adversidad, desearíamos que nunca tuviéramos que experimentarla pero casi nunca reflexionamos y nos damos cuenta de que sin ella no podemos ser mejores, superar nuestras debilidades y tener nuevos talentos, la adversidad nos puede hacer sufrir pero sin ella tampoco experimentamos los placeres como la satisfacción y la superación personal.
Los seres humanos sin importar nada tenemos el mal hábito de conformarnos, estancarnos y echarnos a las petacas cuando gozamos de prosperidad y buenos tiempos, aun cuando somos conscientes de esta realidad somos propensos a cometer este error, y cuando esto llega al límite, la adversidad aparece y nos coge flojos y débiles, haciendonos sufrir mucho mas de lo que se debería.
La adversidad no es mala, lo malo es descuidarnos en la prosperidad, no autoeducarnos, confiarnos en los buenos tiempos; cuando forjamos carácter, usamos nuestra inteligencia, evitamos victimizarnos y nos mantenemos en calma, logramos aprovechar la adversidad, superarla y con ello logramos la prosperidad aun en los tiempos mas difíciles.
El ser humano siempre necesitará de la adversidad tanto para aprovechar los momentos prósperos como para prepararse ante problemas futuros, la adversidad no necesariamente será sufrimiento, es una oportunidad para autosuperarse, ninguna adversidad acabará con nosotros si estamos dispuestos a enfrentarla.

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