No podemos cambiar nuestro lugar de nacimiento, ni nuestra familia, ni la época en la que nos tocó vivir, algunos cuentan con suerte y tienen buenos hogares mientras que otros tienen que sobrevivir en entornos hostiles, todo esto en definitiva influye mucho en nuestras vidas, pero al final de cuentas esto no nos clava una especie de destino de la cual no podamos escapar.
Todo ser humano puede labrar su destino, no importa su entorno o el tiempo en el que nació, si busca un camino que de satisfacción o si siquie aquello que le da alegrías aun si su destino pareciera miserable puede tener una espléndida vida, aun si no llegase a lograr la meta que se propone sería feliz luchando por ella, mientras que si no pone esfuerzo de su parte estará condenado a la decepción de una vida monótona.
Lo importante es lo que somos por nosotros mismos, si luchamos por lo que amamos podremos ser libres pero si nos resignamos a dejar que otros controlen nuestra vida no podemos esperar tener alguna satisfacción de ninguna clase, nosotros mismos somos los encargados de darle un sentido a nuestra vida, de hacer que esta valga la pena o sea una agonía.
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